14/10/11

Lo bueno que tiene esto...

es poder gritar lo que siento y nadie sabe quién soy. Es que puedo mostrar mi desesperación y mi angustia en el anonimato más profundo. 
El corazón se desgarra más y más ante las evidencias. No sé qué me deparará el futuro ni lo que me va a traer pero seguro que me evita un mal mayor con uno menor. Pero.. ¿éste precisamente, perder el amor de mi vida y tener un hueco en el pecho y en el cerebro peor que el de un agujero negro?
Tengo ganas de hablarle y de decirle pero no voy a hacerlo más. Prefiero escribir aquí que quiero que me llame, que por un detalle de él doy toda la vida, que me tiene en sus manos pero ya no quiero que lo sepa. Ya se lo he dicho muchas veces y le da igual. Así que se lo digo a un blog que nadie lee y me dedicaré a llorar sin tregua hasta que lo mate dentro de mí que es lo que está buscando. 
Si ya tiene pareja. ¿Qué hago yo destrozando parejas y amores? Mejor me voy por donde he venido y dejo a los demás vivir.
Y entonces... ¿por qué vuelve a buscarme? Ahora ya no. Ahora se ha ido para siempre.
Con todo lo que tengo que hacer y estoy aquí perdiendo el tiempo y escribiendo sobre cinco gilipollas que no me han querido jamás. En qué estaré yo pensando. Quizás llame la atención... o posiblemente sólo quiero quitar de dentro un dolor mayúsculo que me atormenta y que lo único que hace es destrozarme porque lamento el sufrimiento que otros se han causado a sí mismos. ¡y lo pago yo, ellos están frustrados y me pongo yo el castigo!..
Estoy mal de la cabeza evidentemente. Pero cuando voy al médico me dice que no, que estoy muy cuerda.





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Clávame otra espina...